Una participación de la familia en la educación de los hijos es fundamental, ya que
como padres y madres tenemos una gran influencia sobre las actitudes que ellos y ellas
tienen hacia la escuela y como acompañantes de su proceso de desarrollo y de aprendizaje.
Al involucrarnos, desde los primeros años hasta la secundaria, todos nos beneficiamos:
estudiantes, padres, madres y/o cuidadores, docentes, escuelas y comunidad pues se
fortalecen los espacios de interacción, comunicación y aprendizaje.
Muchas investigaciones revelan que los beneficios de una relación fluida, cálida y abierta
son múltiples, pues los logros de nuestros estudiantes aumentan, mejoran sus actitudes,
su comportamiento y desempeño. Cuando se incrementan las oportunidades para que los
padres, madres y/o cuidadores se involucren en la vida de la escuela y la comunidad, la
tasa de deserción disminuye e incrementan las probabilidades de que las y los estudiantes
elaboren un plan de vida saludable y consigan sus metas.
¿Cómo me puedo involucrar más?
Una familia involucrada es aquella que demuestra interés por sus hijos e hijas, por lo que
les ocurre en la escuela, también fuera de ella y se compromete a ayudarles para asegurarle las mejores condiciones que le permitan lograr sus metas y tener una escolaridad exitosa y feliz.
Algunos consejos para la participación de la familia en la educación de los hijos e hijas.
● Demuestra interés. Propicia un diálogo fluido, indaga qué hicieron en la escuela y apoya a tu hijo o hija a aprender lo que se proponga.
● Organiza un espacio de estudio. Elige un espacio y diseña un horario para hacer las tareas o reforzar los aprendizajes en casa sin distracciones. Acuerden un tiempo para distraerse o para jugar.
● Acompaña el aprendizaje. Conversen sobre el desafío que trae la tarea y busquen estrategias para aprender más sobre el tema. Ayuden a establecer prioridades para las actividades complementarias a la escuela, trabajo o tareas dentro de casa.
● Acude a las reuniones de padres, madres y/o apoderados y docentes. No pierdas la oportunidad de acercarte a la escuela y hablar con las y los maestros de tus hijos/as. Pueden desarrollar un plan para apoyar de la mejor manera sus necesidades educativas.