LA ORGANIZACIÓN DE LAS BIBLIOTECAS EN EL AULA
Preguntas que nos hacemos para la organización de las bibliotecas en el aula.
¿Cómo organizamos la biblioteca del aula?
¿Dónde la ubicamos?
¿Qué libros incluimos? ¿Cuántos?
¿Qué hay que tener en cuenta para seleccionar los materiales de lectura?
Estos suelen ser algunos interrogantes que nos planteamos cuando decidimos armar nuestra biblioteca en el salón de clases. Son preguntas que en su aparente simpleza, expresan un modo diferente de entender la enseñanza de la lectura y la formación del lector en los más pequeños.
¿Dónde ubicamos la biblioteca del aula?
Pensamos la biblioteca del aula como un espacio dinámico, vivo y cambiante; un lugar de referencia al cual acudimos para explorar, consultar, buscar información, profundizar sobre un tema, disfrutar, incluir nuevos títulos… Para ello, es conveniente seleccionar un sector o rincón del aula preferentemente luminoso, tranquilo, cómodo y ameno que posibilite el contacto intenso de los niños con los materiales de lectura.
¿Cómo exhibimos los libros?
Para tener un acceso directo a los libros, es conveniente ubicarlos al alcance y altura de los niños. Colocamos los libros con los lomos hacia el frente tal como se disponen en toda biblioteca para obtener rápidamente información acerca de los datos más importantes o bien, con las portadas hacia adelante, sobre todo cuando incorporamos alguna novedad e intentamos promover su atención.
Una forma de exhibir los materiales consiste en ubicarlos en muebles con estantes abiertos diseñados para este fin. El mobiliario puede estar hecho de distintos materiales (ladrillo, madera, caña, cartón) y adoptar distintas formas.
También podemos emplear revisteros móviles o colgados en la pared del aula.
En el caso de no contar con algunos de estos mobiliarios podemos disponer
de cajas o canastas, apoyadas en una mesa o sillas, que permitan guardar, revolver y elegir en función de lo que se pretende buscar y compartir.
Otra forma de exhibir los materiales de lectura en el aula consiste en instalar cuerdas de material sintético a manera de sogas en los cuales se sostengan los libros con broches de colgar la ropa. También podemos disponer de “bolsilleros”, una banda de tela colgante con varios bolsillos de diferentes tamaños que permiten visualizar una parte de la portada de los libros.