México aprueba ley educativa que elimina las evaluaciones de desempeño docente

AMLO reforma educativa

México ha eliminado de forma definitiva la reforma educativa de Enrique Peña Nieto. El Senado ha aprobado este martes una nueva ley de Educación, en el último día del periodo ordinario de sesiones y después de cuatro meses de estancamiento en el Legislativo. La nueva ley elimina las evaluaciones para determinar la permanencia laboral de los profesores, pero mantiene gran parte de los lineamientos de la reforma anterior. La aprobación supone un triunfo simbólico para el presidente, Andrés Manuel López Obrador, que hizo de la derogación de la reforma de su predecesor una bandera política desde la campaña y uno de los aspectos prioritarios de su agenda de gobierno, aunque no ha aplacado a los opositores más recalcitrantes al proyecto anterior, algunos miembros de su propia coalición.

La promesa de Lopez Obrador a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que agrupa a unos 100.000 maestros disidentes, había sido «no dejar ni una coma» de la reforma de Peña Nieto. El alivio del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que perdió las elecciones presidenciales de diciembre pasado, fue que la nueva reforma conservaba la mayor parte de la ley aprobada en 2013. El resultado final entre ambos extremos es ambiguo porque formalmente se aprobó una nueva reforma, pero se conservan varios puntos clave que mantienen la rectoría del Estado sobre la educación del país y que restan, de momento, influencia a la CNTE y al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que concentra a 1,2 millones de maestros.

«Es una reforma mejor porque está orientada a la formación y no a la evaluación, pero es insatisfactoria porque no hace justicia a la vocación transformadora de este Gobierno, se queda muy corta en términos programáticos», afirma Manuel Gil Antón, investigador del Colegio de México. «Ni es la misma reforma de Peña Nieto ni es la reforma de Andrés Manuel, es otra cosa, la verdad está en medio», comenta Alma Maldonado, investigadora del Instituto Politécnico Nacional.

La reforma elimina, por ejemplo, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), un organismo autónomo encargado de evaluar el desempeño docente y abogar por mejorar la calidad en los servicios educativos del país. El INEE fue el blanco de las críticas de los opositores de la reforma anterior por fijar los parámetros de las «evaluaciones punitivas» a los docentes. La ley sustituye el concepto de calidad y habla de excelencia, y contempla que el INEE sea sustituido por un organismo que formalmente sea parte del Gobierno, pero que tenga recursos propios y autonomía de gestión. «El nuevo instituto mantiene sus funciones principales», señala Maldonado. El órgano formará parte del Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación y será coordinado por una junta directiva de cinco miembros que serán nombrados por el Senado por un periodo de siete años.

Otra de las novedades es que se establece que la educación inicial (de 0 a 3 años) sea obligatoria y que el Estado debe garantizar el acceso a la educación superior. Se deja asentado también que la educación tenga un carácter integral, inclusivo, multicultural y con perspectiva de género. En uno de los puntos más criticados —e inéditos en comparación con otros países— es que se incluye una lista de materias obligatorias en la Constitución: historia, geografía, civismo, filosofía, tecnología, innovación, lenguas indígenas y extranjeras, educación física y sexual, las artes («en especial, la música»), entre otras. En el texto no se incluyen, paradójicamente, español y matemáticas.

La reforma se aprobó en lo general por 95 votos de 122 senadores presentes. «Estamos haciendo historia porque esta reforma reivindica a los maestros, pero también a las niñas y a los niños», ha defendido en la sesión Antares Vázquez, del gobernante Morena. «Esto abre las puertas a la corrupción y a la impunidad, hoy traicionan a la niñez mexicana», ha reclamado Guadalupe Saldaña, del conservador Partido Acción Nacional, el único grupo parlamentario que se opuso. La reforma ya se había aprobado el jueves pasado en la Cámara baja.

Con la aprobación de la reforma se cierra un capítulo político, pero se abre otro. Después de que 17 Congresos locales aprueben la reforma, se deben definir las leyes secundarias que determinarán los parámetros operativos y los cambios en el terreno de la nueva reforma. «Hemos estado mirando demasiado al Congreso y prestado poca atención a las escuelas, aún quedan muchas cosas por definirse», apunta Jennifer O’Donoghue, directora de la organización Mexicanos Primero.

 

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